Los 7 Rasgos del Jefe Tóxico

Los 7 Rasgos del Jefe Tóxico

¡Bienvenido a la guía definitiva para identificar jefes tóxicos!

¿Estás cansado de disfrutar de un ambiente laboral saludable? ¿Estás hasta el gorro de buenos jefes, que muestran empatía y te tratan como a un igual?

¡No te preocupes! En este número de mi newsletter te voy a dar las 7 pistas que te permitirán identificar a tu futuro jefe tóxico y postularte a una posición en su equipo, para que termines de una vez con esa agotadora calma y paz mental que tanto te aburre.

¿Quién quiere trabajar para un buen jefe, pudiéndolo hacer para un jefe tóxico?

(Hasta aquí el sarcasmo y la ironía)

¿Qué es un jefe tóxico?

El concepto "jefe tóxico" se ha puesto de moda últimamente. Es un término que surge como consecuencia del creciente malestar y falta de motivación que se respira en el entorno laboral actual.

Se denomina "jefes tóxicos" a aquellos jefes que, a través de sus comportamientos, actitudes y prácticas, generan un ambiente laboral hostil y poco saludable, donde los miembros del equipo sufren más tiempo del que disfrutan de su trabajo.

Desde la perspectiva de la psicología organizacional, la presencia de un jefe tóxico en un equipo de trabajo genera miedo, ansiedad y desconfianza, lo que causa un notable deterioro de la salud física y mental de los trabajadores.

Dicho todo esto, vamos a repasar juntos cuales son las señales de alerta que nos pueden permitir identificar a uno de estos perfiles.

Los 7 Rasgos del Jefe Tóxico

A continuación voy a ampliarte la información de cada uno de los 7 rasgos comunes a todos los jefes tóxicos, para facilitarte el trabajo de detección:

#1 Sociopata profesional:

El primer rasgo distintivo de un jefe tóxico es su tendencia a comportarse como un "sociópata profesional", es decir, un líder que carece de empatía, desprecia las emociones y preocupaciones de sus empleados, y muestra una falta de remordimiento al tomar decisiones que puedan afectar negativamente a su equipo.

Estos individuos ven el entorno laboral como un campo de batalla en el que deben dominar y controlar a sus colaboradores para asegurar su propio éxito, sin importar el coste emocional que esto pueda generar en los demás.

Los jefes tóxicos son manipuladores, deshonestos y explotadores en sus interacciones con sus empleados.

Utilizan tácticas de intimidación, humillación y desprecio para mantener a sus colaboradores en un estado constante de miedo e inseguridad, lo que les permite ejercer un control absoluto sobre su equipo.

#2 Gurú del micromanagement:

El micromanagement es un rasgo comúnmente asociado a los jefes tóxicos, que se manifiesta en la tendencia a involucrarse excesivamente en los detalles más insignificantes de las tareas y proyectos de sus empleados.

El micromanager resulta muy perjudicial para la satisfacción de los miembros del equipo, ya que limita su autonomía, menoscaba su confianza y genera un ambiente de trabajo tenso y desagradable.

Al controlar de manera obsesiva cada aspecto del trabajo de sus colaboradores, el jefe tóxico crea un clima de desconfianza y dependencia, lo que puede resultar en una disminución de la iniciativa y la creatividad de los empleados, y en última instancia, en una pérdida de la capacidad de resolución de problemas y la incapacidad para desarrollar el talento potencial.

#3 Egomaníaco narcisista:

Los jefes tóxicos exhiben rasgos de egomanía y narcisismo. Este tipo de perfil tiene una autoimagen inflada y se considera superior a sus colaboradores en todos los aspectos. El egomaníaco narcisista tiende a centrarse en sí mismo y sus propias necesidades, a menudo en detrimento del bienestar y las necesidades de sus empleados.

Suele mostrar una fuerte necesidad de reconocimiento y admiración constante. Buscan recurrentemente los elogios y la validación de sus superiores y empleados.

El jefe tóxico infravalora continuamente las contribuciones y logros de su equipo, ya que percibe cualquier éxito ajeno como una amenaza a su propio estatus y autoridad.

Para más inri, son incapaces de aceptar críticas o responsabilizarse por sus errores. En su afán por proteger su autoimagen, es probable que culpen a otros por cualquier problema o fracaso, lo que puede generar un clima desconfianza en el equipo.

#4 Fan del sesgo endogrupal:

El sesgo endogrupal es una tendencia innata en los seres humanos a favorecer y privilegiar a aquellos que pertenecen a su propio grupo en detrimento de otros. El jefe tóxico tiende a promover este sesgo debido a su inclinación natural a favorecer a sus "palmeros" lo que genera un ambiente laboral polarizado y hostil.

El sesgo endogrupal promueve la creación de "grupos internos" dentro de la organización, donde se privilegia a empleados que comparten perfil con el jefe o mantienen una afinidad personal.

Los empleados que no forman parte del grupo de "palmeros" son excluidos, lo que conduce a la pérdida de compromiso y motivación.

Este sesgo contribuye, además, a la perpetuación de estos estereotipos.

#5 Es una fábrica de chismes

Uno de los rasgos distintivos de un jefe tóxico es su habilidad para generar y fomentar chismes y enredos. Este tipo de perfil promueve la difusión de rumores y noticias no verificadas, creando un ambiente laboral lleno de desconfianza y malestar entre sus empleados, e incluso induciendo conflictos internos.

A menudo lo hace con el objetivo de manipular las percepciones y las relaciones, en un intento de poner a sus "palmeros" en contra de algún miembro del equipo que haya mostrado una divergencia de opinión previa con él.

La creación de divisiones y conflictos le permiten mantener el control sobre el grupo y desviar la atención de sus propias deficiencias y errores.

Esta actitud socava la cohesión y la colaboración entre los miembros del equipo, generando un clima laboral tóxico que afecta la moral y el rendimiento individual y colectivo.

#6 Efecto gaviota

Los jefes tóxicos se parecen mucho a las gaviotas. Se abalanzan si avisar a algún miembro del equipo, montan un gran alboroto, lo dejan todo revuelto y hacen una salida rápida, para repetir el proceso poco después en algún otro lugar.

Los jefe gaviota son esos que todo lo quieren para ayer, que aparecen con un nuevo marrón cada día, y se lo sueltan al primero que pillan, sin dar, siquiera, los buenos días.

Este tipo de conductas, que en muchos lugares se consideran completamente aceptables y rara vez se corrigen, generan un tremendo impacto en los que las sufren, ya que producen un continuo, e innecesario, estrés, que termina por dañar su salud mental y física, pero, además, impiden que el equipo pueda enfocarse y ser productivo, lo que además les penaliza cuando se evalúa su desempeño.

#7 Incoherente habitual

Un jefe tóxico se caracteriza por ser un "incoherente habitual".Este tipo de jefe demuestra una clara falta de consistencia y congruencia en sus acciones, decisiones y comunicaciones, lo que genera una completa incapacidad por parte de los empleados para comprender y cumplir con las expectativas de la organización.

Esta continua incoherencia tiene consecuencias muy negativas para la confianza, el compromiso y la productividad de los empleados, y puede conducir a un ambiente caótico e impredecible.

La incoherencia en un jefe tóxico puede manifestarse de varias formas, como cambios frecuentes e inexplicables en las prioridades del equipo, decisiones contradictorias o falta de alineación con la visión y los valores de la organización.

Conclusiones

En conclusión, los jefes tóxicos representan un desafío significativo en el ámbito laboral, ya que sus comportamientos y actitudes pueden tener efectos negativos en el bienestar, la satisfacción y el rendimiento de sus empleados, así como en la productividad y el éxito de la organización en su conjunto.

Para evitar ascender a jefes tóxicos a posiciones de responsabilidad, los responsables de RRHH y los líderes de la organización pueden implementar las siguientes recomendaciones:

  1. Desarrollar un proceso de selección riguroso: Un proceso de selección bien estructurado y basado en criterios claros puede ayudar a identificar y filtrar a candidatos con rasgos tóxicos.
  2. Fomentar una cultura organizacional saludable: Promover un ambiente laboral basado en la empatía, el respeto y la colaboración puede reducir la probabilidad de que surjan líderes tóxicos.
  3. Implementar programas de capacitación y desarrollo en liderazgo: Ofrecer oportunidades para que los empleados desarrollen habilidades de liderazgo más humanista y saludable, que ayude a prevenir el ascenso de estos perfiles.

¿Hora de reflexionar?

Si lideras el área de RRHH, o si ocupas una posición ejecutiva en tu empresa, y te gustaría saber más acerca de cómo promover un liderazgo más saludables y construir un entorno psicológicamente seguro en tu organización, escríbeme a  [email protected]  y estaré encantado de escucharte y de que exploremos juntos posibles soluciones.

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Un abrazo «Humanizer».

Jordi Alemany

Muy certero. De hecho he vivido de cerca los puntos #3,#4, #5 y #6

Leidy Natalia Gaitan Pinzon

MBA Project Manager | Odoo ERP | Consultoría | Directora de Operaciones

9 мес.

Excelente artículo Jordi 👌

Living this experience the last year's in my company, it was burnout everyday. It was amazing company but with wrong managers. 😢

Comienzan siendo tóxicos y al final sus empleados acaban siendo víctimas de mobbing o como mínimo sometidos a abuso de poder y humillaciones y vejaciones varias, me atrevería a decir que muchas veces sin ser consciente quien lo cometa. Lo lamentable es que para ninguna de estas tipologías ni la inteligencia emocional ni la asertividad son suficientes para enfrentarles. Nepotismo y abuso de poder. Sin embargo, a veces se hacen más tóxicos los propios colegas permitiendo situaciones injustas. Pero no solo a jefes sino a compañeros como digo, y en el ámbito personal es lo mismo. Narcisismo tan patente en esta sociedad. La sociedad es una prolongación de la vida laboral y la personal.

Eugenio Concepcion Cuevas

Technology Director / AI Researcher / Associate Lecturer

1 г

Excelente, especialmente la identificación y definición de las conductas distintivas

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